lunes, 26 de agosto de 2013

  LOS DOS CONEJOS
Por entre unas matas,
seguido de perros,
no diré corría,
volaba un conejo. De su madriguera
salió un compañero
y le dijo: «Tente
amigo, ¿qué es esto?». «¿Qué ha de ser?», responde;
«sin aliento llego...;
dos pícaros galgos
me vienen siguiendo». «Sí», replica el otro,
«por allí los veo,
pero no son galgos».
«¿Pues qué son?» «Podencos». «¿Qué? ¿podencos dices?
Sí, como mi abuelo.
Galgos y muy galgos;
bien vistos los tengo». «Son podencos, vaya,
que no entiendes de eso».
«Son galgos, te digo».
«Digo que podencos». En esta disputa
llegando los perros,
pillan descuidados
a mis dos conejos. Los que por cuestiones
de poco momento
dejan lo que importa,
llévense este ejemplo.
firma autógrafa
Tomás de Iriarte

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